El pequeño árbol africano con un enorme impacto en la vida de las personas Mpingo Conservation & Development Initiative Mpingo Conservation & Development Initiative Agosto 18, 2022 Categoría : Cuentos Pobladores del sudeste de Tanzania han estado realizando grandes esfuerzos por evitar la desaparición de un arbolito de aspecto desaliñado y, en el proceso, han descubierto que se están salvando a sí mismos. Mpingo es como los lugareños llaman al árbol, y es el nombre en suajili del granadillo negro de África Oriental. Con una madera tan dura que logra quitarle el filo a las hachas, el mpingo puede tardar hasta un siglo en alcanzar el tamaño para poder aprovecharse – y producir una de las maderas más caras del mundo. Sin embargo, la tala ilegal ha hecho que el mpingo se extinga comercialmente en algunos países, como en Kenia, lo que significa que los árboles no logran sustituirse lo suficientemente rápido para satisfacer las necesidades de aprovechamiento. Además, hay temor de que si no se hacen esfuerzos a favor de la conservación, en 20 años, Tanzania dejará de tener árboles mpingo aprovechables. Este árbol, símbolo nacional, estará en camino hacia la extinción total. Establecer vínculos En 2004, la organización Mpingo Conservation & Development Initiative (MCDI) comenzó a trabajar con los pobladores para salvar el mpingo y mejorar sus vidas. Makala Jasper, miembro fundador de la MCDI y antiguo campesino del lugar, se dio cuenta de que los humanos habían destruido casi todo el mpingo en su aldea y decidió estudiar silvicultura. La MCDI trabaja con comunidades, equipándolas para que sean dueñas de sus bosques, los manejen sosteniblemente y se beneficien de ellos. También las vincula con compradores para facilitar las ventas de su madera. El mpingo es una especie muy preciada para fabricar clarinetes y oboes de óptima calidad; otras maderas duras que crecen en los bosques locales se utilizan para muebles, pisos, en la construcción y para otros usos. Cuando en 2016, Jasper recibió el Premio Whitley, conocido como el “Oscar verde”, él declaró lo siguiente: “Los tanzanos del campo necesitan apoyo para comprender cómo conservar sus bosques. Necesitan conocer el vínculo entre bosques saludables y los alimentos en sus platos, (entre) agua limpia fluyendo en sus ríos y sus hijos asistiendo a las escuelas. Yo les ayudo a establecer esos vínculos.” Su papel como modelo de manejo ambientalmente responsable también fue reconocido cuando obtuvo el Premio de la National Geographic Society/Buffet de Liderazgo en Conservación Africana este año. En 2009, la MCDI obtuvo el primer certificado FSC en grupo, y hasta la fecha el único de este tipo, para bosques naturales con manejo comunitario en África. En la actualidad, son 13 las comunidades de los distritos de Kilwa, Tunduru y Rufiji las que participan, con más de 150,000 hectáreas de bosques certificados FSC. Cambio de vidas “Los bosques han cambiado nuestras vidas,” dice con toda sencillez Fatuma Maimbo, campesina y madre de cuatro y de 41 años de edad que vive en la aldea de Nanjirinji A. “Antes, no podíamos involucrarnos en ninguna actividad de desarrollo debido a nuestros bajos ingresos,” nos dice. “Hoy en día, hemos comprado colchones y sábanas para nuestro hospital. Hemos construido una oficina de la aldea y una casa de huéspedes. Además, las mujeres embarazados obtienen apoyo (financiero) para el alumbramiento de sus bebés.” Ella es una entre muchas que cuentan que sus hijos acuden ahora a la escuela en su propia aldea en lugar de tener que viajar a otra, y que los progenitores pueden ahora comprarles uniformes. “Comprendemos por qué es tan importante conservar y proteger los bosques para nuestro beneficio y para las generaciones futuras,” dice Maimbo. “Hoy estamos instruyendo a otras comunidades sobre la importancia de conservar los bosques, y por qué deberíamos evitar quemarlos, cambiar el uso para cultivos y fabricar carbón ilegalmente.” El cambio de uso para cultivos se refiere al aclareo de terrenos para la agricultura temporal. Ganar dinero Otros en Nanjirinji A están de acuerdo. “Éramos pobres,” nos dice Abdullah Licheu, de 62 años de edad, técnico en plomería y padre de cinco. “Hoy estamos ganando dinero a partir de los bosques y nuestro nivel de vida ha mejorado drásticamente.” “A través del trabajo con la MCDI y habiendo obtenido la certificación, hemos logrado habilidades que nos ayudan a manejar nuestros bosques de una manera sostenible,” nos dice Abdullah Licheu. “Tenemos un programa de reforestación; participamos en lo referente a la seguridad de nuestro bosque al hacer patrullajes y no cortamos árboles sin el permiso de nuestros líderes. El aprovechamiento lo realizamos conforme a un plan con el fin de no destruir nuestros bosques.” Aprendizaje Abdullah Chihinde, de 40 años de edad y encargado de supervisar la extracción de madera nos señala que antes los pobladores carecían de habilidades para el manejo forestal y no comprendían el valor de sus bosques y sus productos. Cuando la MCDI apareció en escena, muchos “temieron que hubiera llegado con la intención de tomar nuestros bosques y nuestras tierras en beneficio propio. (Hoy) sabemos que si no nos esforzamos por conservar nuestros bosques, éstos desaparecerán con el tiempo.” “Otras comunidades han aprendido de nosotros… Se sienten animadas a hacer lo mismo porque comprueban cómo nos beneficiamos de nuestros bosques.” Tan solo en el primer semestre de 2016, la MCDI y sus comunidades asociadas plantaron más de 15,000 retoños de árboles nativos, muchos de ellos de mpingo. Como nos dice Chihinde, “Nuestro futuro es plantar más árboles. Esto nos ayudará a ganar más dinero y así, a mejorar nuestras vidas… y además, el futuro de los árboles mpingo estará garantizado.”