Los bosques dorados de Uganda FSC / Jjumba Martin FSC / Jjumba Martin Enero 19, 2023 Categoría : Noticias generales Diversas especies de animales, incluido el gato dorado africano, están regresando a la Reserva Forestal Central de Kikonda gracias al compromiso de una empresa y las comunidades aledañas con el manejo forestal sostenible. Nos encontramos en la reserva forestal central de Kikonda, Uganda. Son las 4:00 a.m. y las estrellas todavía tienen un par de horas para iluminar el firmamento antes de que el sol despierte y los gatos dorados africanos culminen su primera cacería del día y nosotros intentamos encontrarlos. “Ellos prefieren el amanecer y atardecer para buscar a sus presas. En esta área hay al menos dos ejemplares, de acuerdo con las evidencias que hemos recolectado en los últimos años”, comenta Moses Gonya, biólogo que conoce al derecho y al revés este bosque. El gato dorado africano (Caracal aurata), es una de las especies de felinos menos estudiadas a la fecha. Esto se debe a que es complicado monitorearlos por largos periodos en su hábitat natural. Pueden llegar a medir hasta 101 cm de largo y tener una altura de 55 cm. Los machos son más grandes que las hembras, con un peso promedio de 14 kg. Quienes lo han visto, señalan que no se diferencia mucho de un gato doméstico, solo que este es más fuerte y de mayor longitud. Nos acompañan dos miembros de las comunidades aledañas, quienes tienen experiencia en rastrear a las diversas especies que viven en el área. (Left) FSC / Jjumba Martin (Right) iStock.com / ibuscaEl grupo se divide en dos para tener mayor probabilidad de avistamiento. Los puntos elegidos para la ocasión son dos corredores naturales donde se hallaron huellas el día anterior. Una vez allí, todos eligen un escondite y se camuflan usando ramas y follaje, manteniendo una distancia que permita ver a los animales sin que se sientan amenazados por la presencia humana. Es momento de hacer el mayor silencio posible, lo que es un reto por todos los insectos que se lanzan a investigar a los recién llegados. A lo lejos se escuchan los primeros cantos de las aves, ansiosas por que los rayos de luz se impongan para salir en busca de alimento. Entre ellas destaca una en particular por ser bastante estruendosa y extensa. “Esa es el Ibis Hadada, (Bostrychia hagedash)”, susurra Abia Atukanwase, observadora de aves profesional. “Pareciera que dice ‘dame niños’ en inglés, por eso los habitantes de la zona no las querían tener muy cerca en el pasado”. Cuando ya el cielo estaba a punto de tornarse celeste, alcanzaron a oír un movimiento cerca del suelo a unos metros de distancia, pero lo que haya sido, decidió mantenerse protegido entre los matorrales. Tal vez, el felino prefirió tomar otra ruta. El equipo tendría que intentarlo nuevamente al atardecer. Reserva forestal central de Kikonda Hoima es una región ugandesa en la zona occidental del país, a unos 200 kilómetros de la capital, Kampala. Aquí se ubica la reserva forestal central de Kikonda, uno de los principales bosques que protegen el ecosistema del lago Kyoga. FSC / Jjumba MartinLa reserva tiene una extensión de 12,186 hectáreas, compuestas por humedales, cubiertos principalmente por una mezcla de árboles (Phoenix reclinata) y (Combretum collinum) con hierbas (Brachiaria brizantha) e (Imperata cylindrica), parches de bosque natural y plantaciones forestales de pino (Pinus caribaea) y eucalipto (Eucalyptus grandis). ¿Plantaciones forestales en una reserva forestal? Sí, esto se debe a que anteriormente Hoima tenía una gran cobertura forestal en la que abundaba la biodiversidad. Algunos miembros de las comunidades que viven cerca de la reserva contaban que cuando ellos eran pequeños era fácil encontrar animales salvajes, tales como antílopes, búfalos e incluso elefantes tras adentrarse unos pocos minutos entre los árboles. Siempre debían mantenerse alertas. Sin embargo, durante el siglo pasado se llevó a cabo una sobreexplotación del bosque y conversión de suelos para agricultura y ganado, a tal punto que lo único que quedó fueron hectáreas de tierra altamente degradadas, llevándose consigo a las especies endémicas de flora y fauna. Las posibilidades de que el bosque fuera a recuperarse naturalmente eran muy escasas. Ante esa dura realidad, las autoridades forestales ugandesas decidieron en 1963 crear una reserva para la protección de las zonas de captación de agua y la producción comercial de madera. En el 2002, la empresa Global Woods AG - la cual fue adquirida años después por Nile Fibre Boards Limited (NFB) - obtuvo la concesión de la reserva y la responsabilidad de reforestar las áreas degradadas, conservar los humedales y lo que se pudiera salvar del bosque natural. Tras un estudio detallado de las condiciones del suelo, la empresa decidió plantar pinos y eucaliptos, los cuales, con el paso de los años, transformaron el paisaje. Así, donde antes había solo tierra, nuevamente el bosque surgió, y con él los animales poco a poco comenzaron a regresar. FSC / Jjumba MartinUn nuevo hogar para los animales Desde el año 2013, NFB ha realizado monitoreos anuales de biodiversidad, cuyo objetivo primordial es el de evaluar el impacto de las actividades forestales para orientar las acciones de manejo adecuadas para promover y proteger las especies animales en la Reserva Forestal Central de Kikonda. En el año 2021 se encontraron en la reserva 120 especies de aves con 1,311 ejemplares. Las especies más abundantes fueron el bulbo común, el tejedor de cabeza negra, el abejaruco de garganta blanca y la paloma de ojos rojos. Cabe destacar que 39 de las especies registradas son de interés para la conservación, dentro de las cuales se encuentra la grulla coronada, amenazada a nivel mundial. Mientras que, en lo que respecta a los mamíferos, se registraron 18 especies y 639 signos de su presencia. De estas, dos especies son de interés para la conservación: el gato dorado africano, clasificado como vulnerable según la lista roja de la Unión internacional para la conservación de la naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) y el sitatunga, que está casi amenazada. FSC / Jjumba Martin¿Cómo se deben interpretar estos resultados? Acumulativamente, el número total de mamíferos registrados ha aumentado a 30 especies en 2021, (9% de las 330 que hay en el país), mientras que las aves han aumentado a 296 (27% de las 1060 de la lista de especies de Uganda). Todo ello sugiere que hay una positiva correlación entre el manejo forestal responsable con certificación FSC y el incremento de la biodiversidad en la zona. "Los estándares del FSC mejoraron nuestro enfoque en la gestión de las zonas reservadas para la conservación y crearon corredores de biodiversidad”. Señaló Sonai Muthu, NFB Gerente de Plantaciones de NFB. Esto, a su vez, facilitó la regeneración natural de los bosques y mejoró el ecosistema forestal, lo que se refleja en el aumento de la biodiversidad. “Es la prueba de que los esfuerzos de protección forestal, sobre todo en las zonas de conservación, están dando sus frutos". Esto se pudo apreciar durante los recorridos matutinos de los siguientes días. Al ingresar al bosque alrededor de las 9:00 a.m., solo bastaba avanzar unos 100 metros desde la carretera para poder avistar diversas especies de aves, cada una con un plumaje y tamaño característico. El alción senegalés (Halcyon senegalensis), la amaranta senegalesa (Lagonosticta senegala), el prionopo crestiblanco (Prionops plumatus), el bulbul tricolor (Pycnonotus tricolor) y el estornino brillante de orejas azules (Lamprotornis chloropterus) fueron apareciendo entre los árboles. Había tantas especies y cantos muy peculiares que en ocasiones se confundía con el sonido artificial de los tonos de un teléfono móvil. Todos se quedaron maravillados con los nidos de los pájaros tejedores (Ploceus cucullatus). Pudieron contar más de 40 nidos colgantes de forma ovoide en un solo árbol, los cuales están construidos con hierba entretejida, dejando la entrada en la parte inferior. Se calcula que se necesitan unas 300 tiras de hojas para cada uno de los nidos. FSC / Jjumba Martin“¡Una serpiente!”, exclamó un miembro del equipo, apenas vio cómo una forma delgada y larga de aproximadamente 80 cm se movía rápidamente entre la hojarasca al percibir las pisadas. Todos se reunieron cerca de donde se había escondido. Bastó levantar unas hojas que estaban acumuladas en el suelo con una rama seca para que lo que resultó ser un ejemplar de serpiente ciega (Typhlops punctatus) retomara su maratón y se escondiera nuevamente a unos metros más lejos. Fue en ese momento en que se percataron de que había varios montículos de tierra esparcidos entre los pinos. Algunos eran pequeños, mientras que otros tenían más de 2 metros de altura, con un diámetro de 5 - 6 metros. Daba la impresión de que estos más grandes eran restos arqueológicos, cubiertos de tierra y vegetación por el paso de los siglos. Sin embargo, se trataba de los hogares de las termitas (Macrotermitinae Termitidae). Grande fue la sorpresa de todos cuando, mientras se inspeccionaba uno de los montículos, una pequeña liebre silvestre salió por un agujero cerca de la base y se adentró en el bosque. “Las colonias de termitas están por todos lados y sus casas en muchos casos son también el hogar de otras especies que buscan refugio, como los conejos o roedores”, comentó Annah Agasha, coordinadora FSC para África Oriental. Con la fama de estos insectos de construir y reparar sus edificaciones, han de ser unos caseros muy proactivos. Monos colobos y el gato dorado africano No es sencillo abrirse paso en las áreas de bosque natural fuera de los caminos de tierra afirmada. En más de una ocasión, los árboles con largas espinas representaron todo un desafío. Más de uno se quedó atrapado y necesitó ayuda de sus compañeros. Los ugandeses llaman a estos árboles “Hold on” (espera un momento, en inglés). Y es que, siempre, sus ramas con espinas te obligan a hacer una pausa y, en ocasiones, dejan agujeros en la ropa de los visitantes. Continuamos la marcha entre los árboles. Su sombra era muy refrescante comparada con los 34 grados centígrados que se hacían sentir en los caminos. Evidentemente, los animales prefieren permanecer refugiados en el bosque durante las horas de máximo calor. Muchos de ellos, en especial los mamíferos, aprovechan para descansar. Y algunos para examinarse el pelaje en busca de garrapatas como los monos colobos (Colobus guereza), a quienes encontraron relajándose en unas ramas altas cerca de los humedales. FSC / Jjumba MartinEra prácticamente imposible no distinguirlos. Su pelaje negro y blanco es muy llamativo, tanto por la combinación de los colores como por su longitud. Quien no tuviera bien puestos los lentes, podría creer que se trata de unos zorrillos que se han trepado a un árbol. La monada estaba integrada por ocho individuos, quienes se acicalaban recostados sobre las ramas, lejos del abrasador sol. Permanecieron allí por varios minutos hasta que el líder comenzó a aullar y todos tuvieron que desperezarse y empezar a columpiarse para continuar con su recorrido. Con el pasar de las horas, mientras más se adentraba el equipo en la naturaleza, otras especies pudieron ser avistadas, algunas fugazmente como un chacal rayado (Canis adustus) a quien lograron fotografiar mientras se alejaba, y un camaleón (Chamaeleonidae) que se desplazaba lentamente a la orilla del camino. Su dubitativo andar y el movimiento de sus ojos en todas direcciones, dejaron asombrados a los miembros del equipo, quienes pudieron grabar un video de varios minutos hasta que se camufló con el follaje. Al atardecer era momento de volver a buscar al gato dorado africano. Durante una de las búsquedas, un grupo de pobladores lo llegaron a avistar mientras caminaba entre los arbustos. Es un felino muy ágil y veloz. Se internó en el bosque al detectarlos. Si bien no les alcanzó el tiempo para fotografiarlo, sí quedaron marcadas sus huellas en el húmedo suelo, testigo de la lluvia del día anterior. Las lluvias acompañaron al equipo los siguientes días. Lo cual incrementó la dificultad de volver a avisar al esquivo gato dorado. Hasta los miembros de las comunidades estaban contrariados por el clima. “En estas fechas históricamente ya no debería llover. Esto es consecuencia del cambio climático”, señaló Annah Agasha, Coordinadora FSC de África Oriental. FSC / Jjumba MartinComunidades comprometidas con los bosques Hay algunas comunidades que viven cerca de la reserva forestal central de Kikonda. Varios de sus miembros colaboran con las actividades que lleva a cabo Nile Fibreboard Limited. Ellos son contratados para el manejo forestal, seguridad y otras funciones, siempre respetando sus derechos laborales de acuerdo con los estándares del FSC. “NFB anima a los miembros de las comunidades locales a aplicar a los puestos de trabajo en la plantación de la Reserva Forestal de Kikonda. Hemos dado empleo a más del 80% de las comunidades locales, quienes trabajan en todas nuestras áreas”, indicó Sonai Muthu. Asimismo, la empresa está pendiente de las necesidades de las comunidades, como por ejemplo la escasez de agua. Ante ello, construyó pozos para que los pobladores puedan tener acceso a este recurso para sus labores agrícolas y consumo familiar, tal como señala John Karubanga, "La empresa perforó presas y pozos en todas las comunidades. Se ha reducido la escasez de agua en la zona y nos ha dado oportunidades de empleo en el proyecto y en el bosque”. Por su parte, Robert Zziwa, quien vive en otra de las comunidades, añadió: "La pobreza estaba a la orden del día porque la gente no tenía dónde trabajar. Pero, cuando llegó NFB, mejoró la vida de la gente contratándola, construyendo casas permanentes y contribuyendo a la educación de nuestros hijos". En otros casos también los han capacitado en plantaciones forestales y algunos se han animado a cambiar el agro por la silvicultura, como Eva Katono: "Estoy contenta con el apoyo de la empresa para mi pequeña plantación. No podríamos haberla mantenido si la empresa no nos hubiera apoyado con los plantones y el conocimiento. Dentro de ocho años podré cosechar y vender madera, y mi familia estará muy contenta". Ella ahora tiene una plantación de eucaliptos en su hogar. FSC / Jjumba MartinVisión a futuro La certificación FSC en Uganda no es muy antigua. Hace 10 años se otorgaron los primeros certificados y actualmente el área certificada supera ligeramente las 40.000 hectáreas, todas compuestas por plantaciones. Sin embargo, todas ellas cuentan con áreas de conservación. Cabe destacar que, de acuerdo con las políticas del FSC, las empresas certificadas deben mantener por lo menos un 10 por ciento del área bajo condiciones naturales. Sin embargo, algunas compañías en Uganda han decidido mantener mucho más, incluso hasta un 20 por ciento solo para conservación de bosque natural. La industria forestal está creciendo en el país porque hay una gran demanda de madera y otros productos forestales que los bosques naturales no pueden proporcionar debido al alto grado de degradación que han sufrido en el pasado. Así que la alternativa de las plantaciones, como la de la Reserva Forestal Central de Kikonda, son una apuesta de las autoridades para satisfacer las necesidades de la población y recuperar la cobertura forestal. Asimismo, las empresas que están siguiendo este modelo, ven a la certificación FSC como un valor agregado, tal como indica Sonai Muthu: "Los estándares FSC son una referencia de las prácticas de gestión forestal aceptables en todo el mundo. El cumplimiento de los principios FSC demuestra el compromiso con un enfoque empresarial forestal sostenible. Que el bosque se está gestionando de un modo que beneficia la vida de las comunidades y los trabajadores locales y que preserva la diversidad biológica, al tiempo que garantiza el mantenimiento de la viabilidad económica. Esto mejora la imagen pública de nuestra empresa en Uganda y ofrece una ventaja competitiva a la hora de acceder a mercados como los de los bonos de carbono”. A lo que, Annah Agasha agregó: “Los consumidores son conscientes y sensibles sobre los productos que compran. Abogan por la sostenibilidad y la protección del medio ambiente; ese es un nicho de mercado al que la certificación FSC puede aportarle a esas empresas. Es importante añadir la certificación FSC a la gestión de las plantaciones: tiene un gran valor”. Todos estos esfuerzos de parte de la empresa, las comunidades y el cumplimiento de los estándares FSC, están rindiendo frutos en Uganda, demostrando que cuando hay un firme compromiso, tanto el bosque como todos los que dependen de él, se ven beneficiados, sentando las bases para un futuro mejor en “la perla del África”. FSC / Jjumba Martin