En busca del zopilote real en el Ejido Nuevo Becal FSC / Julián Manrique FSC / Julián Manrique Noviembre 30, 2021 Categoría : Cuentos Es el amanecer en los bosques de Yucatán, México y un coro de tucanes rompe el silencio en la copa de los árboles. En algún lugar a la distancia, un saraguato aúlla. Vamos caminando por el sendero de un bosque en el Ejido Nuevo Becal en busca de un rey. El rey que buscamos no es el vestigio de algún gobernante de los templos mayas que se yerguen en el mullido piso de la selva, sino un emperador avícola: el zopilote real o Sarcoramphus papa, uno de los zopilotes más grandes del Nuevo Mundo y una especie de las más amenazadas. Sin embargo, en el Ejido Nuevo Becal, estas aves enigmáticas están proliferando gracias a las prácticas de silvicultura sostenible y el compromiso con la conservación. El Ejido Nuevo Becal está localizado en el municipio de Calakmul, en el estado sureño de Campeche. Abarca 51,135.49 hectáreas de las selvas de la Península de Yucatán, de las cuales, el 99.18 % está clasificado como ‘voluntariamente asignadas para conservación’. A la fecha y como tal, se trata de la más extensa zona natural protegida, de todo México. Desde que el ejido obtuvo la certificación FSC® en 2016 su actividad va viento en popa y en la actualidad apoya a más de 350 personas, conformadas por 74 ejidatarios (líderes comunitarios) y sus familias. FSC / Julián Manrique El Ejido Nuevo Becal, no sólo cuenta con una gran diversidad biológica, sino también con una pluralidad cultural al estar conformado por habitantes que provienen de diferentes regiones del estado de Campeche, entre ellos grupos indígenas de las culturas mayas y choles. El Ejido tiene una sólida estructura de gobernanza y las decisiones sobre el manejo responsable de sus recursos se llevan a cabo mediante la organización y participación de sus integrantes. El sistema promueve la participación igualitaria y el acceso al desarrollo y fortalecimiento de las capacidades de toda la comunidad, lo que queda demostrado en la inclusión de las mujeres en los proyectos y la diversificación productiva de los recursos del Ejido, incrementando así las fuentes de ingreso de los ejidatarios y asegurando la permanencia de los recursos forestales para las futuras generaciones. Nos acompañan en esta misión Héctor y Esteban, dos miembros de la comunidad encargados de administrar los recursos naturales del ejido y proteger a la envidiable biodiversidad contra la explotación. Esto representa una delgada línea por recorrer, pero Nuevo Becal encontró la manera de hacer que sus recursos sean redituables y beneficiosos para la comunidad entera, protegiendo al mismo tiempo estos bosques y ayudándoles a prosperar. Juntos caminamos a lo largo de una sección de 500 hectáreas de bosque designada específicamente como santuario del zopilote real. Desde el denso dosel superior, escuchamos las ramas crujir y una serie de suaves silbidos y chillidos. De pronto, un reducido grupo de monos araña de Yucatán aparece columpiándose, sus largas extremidades y colas prensiles sujetándose hábilmente a las ramas, impulsándolos a través de los árboles a una velocidad sorprendente. Se trata de un primate curioso y cauteloso y desde lo alto pausan sus actividades de búsqueda de alimento, sacudiendo agresivamente las ramas al ver a las personas que caminan en el sendero. Pero muy pronto, se relajan y comienzan a comer fruta y calladamente se acicalan. FSC / Julián Manrique La fruta que están devorando gustosos es el ramón, una semilla grande con un sabor cítrico del árbol, miembro de la familia de higos y fuente esencial de alimento para varias criaturas del bosque. El ramón también es el producto más reciente de una larga fila de diversificación de la economía forestal de Nuevo Becal. Un colectivo de dieciséis mujeres del ejido obtuvo hace poco 5,000 hectáreas de tierra para cosechar el ramón. Ellas lo transforman en una gama de productos que incluyen harina, café y horchata. El Colectivo de Mujeres del Ramón es un excelente ejemplo de cómo el ejido administra eficazmente sus recursos naturales y equilibra la productividad con la conservación. Alrededor de 5,000 hectáreas de bosque recientemente protegidas y ricas en árboles productores del ramón, no solo significan buenas noticias para las dieciséis mujeres y sus familias, sino que también benefician a los monos araña en peligro. El fruto ramón es un pilar de su dieta y la naturaleza de una cosecha de baja intensidad y bajo impacto del colectivo significa que habrá una gran cantidad de fruta sobrante para los monos. Otro árbol que brinda alimento a los monos araña y que es una fuente de ingresos para la comunidad es el chicozapote (Manilkara zapota). Mientras que los monos disfrutan de la dulce fruta con un ligero sabor a malta, los residentes del ejido se benefician de un producto no maderable distinto: el látex o chicle, como se le conoce localmente. Alrededor de 20 chicleros trabajan actualmente en el ejido y el látex que se produce en Nuevo Becal está certificado por el FSC. FSC / Julián Manrique Un día antes, conocimos a Pedro que ha estado trabajando el chicle durante ya 25 años. Incluso antes de que comenzáramos a conversar, Pedro había pulido un chicozapote de gran tamaño y había comenzado como todo un experto a rebanar un escalera de cortes en la corteza áspera con su machete. En un instante, las rebanadas comenzaron a brillar con un espeso líquido blanco, que resbalaba lentamente por la red de cortes y caía a un guaje profundo en la base del árbol. Es fácil detectar un chicozapote en los bosques del ejido – los árboles más grandes llevan todos cicatrices de años de extracción de caucho. Por fortuna, esta práctica no daña a la larga, a los árboles. El chicozapote sigue siendo una fuente alimentaria esencial para muchos mamíferos y constituye un pilar para el ingreso del ejido. De regreso al bosque, el camino comienza ahora a descender en una pendiente lodosa. Al ir eligiendo cuidadosamente dónde pisamos en las rocas resbalosas, escuchamos el sonido de un arroyo cercano. Ernesto sugiere que nos desviemos bajando hacia el riachuelo. Los bosques del ejido son una cuenca hidrográfica esencial en las selvas de Yucatán, con al menos 56 grandes cuerpos de agua registrados en Nuevo Becal. Cientos de pequeños arroyos y ríos atraviesan los bosques y el santuario de zopilote real es hogar para el origen de varios de ellos. Nos alejamos del sendero bajando a la orilla del arroyo. Asomándonos al agua clara, notamos a un pequeño cocodrilo asoleándose en una roca plana a la mitad del canal. Sorprendido por nuestra presencia repentina, silenciosamente se desliza dentro del agua y nada corriente abajo. Según Ernesto, con frecuencia encuentran cocodrilos seis veces más grandes que este chaval en muchos de los grandes lagos desperdigados por el ejido. Estos lagos no solo proporcionan un valioso hábitat para especies como el cocodrilo de pantano, sino que son también fuente suministradora de agua para la comunidad. Así que, al preservar el bosque, los residentes no solo ayudan a conservar la fauna silvestre que los rodea; también están asegurando que arroyos como este no se sequen y sigan alimentado a los lagos de los que dependen. FSC / Julián Manrique Ernesto conoce estos bosques como la palma de su mano y apunta a una orilla lodosa donde en alguna ocasión se topó con un tapir centroamericano bañándose. La biodiversidad de mamíferos en Nuevo Becal es sorprendente y, como para probar su dicho, unos cuantos metros más adelante en el sendero, Héctor se detiene y señala un gran pedazo de tierra que está rasguñado y alterado. En la orilla del terreno está un montón de excremento fresco. En algún momento en las últimas horas, un jaguar recorrió esta misma ruta. Ahora mismo podría incluso estar en algún lugar del bosque que nos rodea, mirando silencioso desde los matorrales. La saludable población de jaguares del ejido constituye más evidencia de un ecosistema forestal bien manejado y sano. Las cámaras trampa de Héctor han captado varios jaguares merodeando los bosques a unos cuanto kilómetros de la comunidad. Una donación reciente permitirá que un equipo de biólogos coloquen collares transmisores en dos jaguares para monitorear más sus movimientos y comprender mejor sus costumbres en el ejido. El estatus de certificado FSC de Nuevo Becal les ha ayudado a obtener esta donación; Héctor nos dice que la certificación FSC abre muchas puertas ya que actúa como sello de aprobación y es evidencia clara de buenas prácticas cuando iniciaron el proceso para solicitar la donación. De hecho, con las 46,000 hectáreas de Nuevo Becal de bosque protegido y otras 35,000 hectáreas en un ejido adyacente, estas selvas forman uno de los más importantes corredores protegidos para el jaguar del continente. Se trata de una de las más importantes fortalezas del gran gato hermético. La población de jaguares también apunta a un ecosistema saludable de arriba a abajo puesto que el jaguar es una especie clave que depende de poblaciones estables de presas para su supervivencia. Las poblaciones de venados y tapires en Nuevo Becal están en aumento, reflejando el predominio de las poblaciones tanto de jaguares como de pumas en estos vastos bosques Los jaguares son el principal depredador que merodea estas selvas. No obstante, durante nuestra estancia en Nuevo Becal, observamos a muchos otros depredadores menos vistosos cuya presencia también es señal de un ecosistema saludable en funcionamiento. Por ejemplo, caminando por el bosque al amanecer, el marcado graznido parecido a ladridos del halcón montés agavilanado repercute por el dosel y el graznido del halcón montés collarejo más grande se escucha periódicamente en la distancia. Durante una caminata al atardecer, descubrimos incluso a dos de estas tímidas aves raptoras en rápida sucesión y unas horas después, Ernesto apunta al gavilán bicolor – otro depredador que rara vez se deja ver en el bosque – silenciosamente posado en una rama que sobresale en el camino. La abundancia relativa de estas especies es un indicio claro de la salud de los bosques de Nuevo Becal y una señal más de que sus prácticas silvícolas se están manejando sosteniblemente y con la conservación en mente. Los halcones monteses collarejos requieren de una espesa cubierta arbórea para sobrevivir. Estudios han demostrado que los halcones monteses collarejos prefieren anidar en los huecos de los cedros, especie arbórea que a menudo explota la industria maderera. Los cedros se aprovechan en Nuevo Becal, pero solamente en una zona específica bien definida y dentro de estrictos límites establecidos para la certificación FSC. En breve, el ejido parece haber encontrado el equilibrio perfecto entre silvicultura sostenible y conservación. FSC / Julián Manrique Llegamos a un amplio claro junto a la orilla del arroyo y Héctor apunta hacia un árbol de caoba gigante. En la base del árbol hay pilas de plumas negras y blancas. Este es el árbol en el que los zopilotes reales prefieren posarse, y es aquí donde estaremos aguardando, escondidos en los arbustos a que las espléndidas aves hagan su aparición. Mientras nos acomodamos para esperar, escuchamos un zumbido insistente que sale de un árbol en flor en el dosel. Se trata de un enjambre de abejas recolectando néctar. El día anterior, acompañamos a Antonio Guzmán Montejo que se encontraba visitando su apiario para recoger miel de una de sus colonias de abejas. Recientemente, la apicultura se ha convertido en una de las actividades más redituables de Nuevo Becal y Antonio puede ahora vivir exclusivamente del ingreso que generan sus abejas. En la actualidad hay 35 residentes de la comunidad que son dueños de colmenas y la apicultura beneficia económicamente a más de 200 personas. Además de ser un negocio fabulosamente rentable para muchos miembros de la comunidad, Antonio explica cómo la apicultura beneficia simultáneamente a los ecosistemas del ejido: “Se trata de una actividad amigable con el medioambiente. Ayudamos a polinizar los árboles y entonces hay más frutos, más semillas, más regeneración año con año. Y es bueno también para los animales, pues tienen más de comer.” Antonio añade cómo la certificación FSC ha mejorado inmensamente el negocio de la apicultura en el ejido. Un bosque más biodiverso y protegido significa un mayor número de flores para que sus abejas polinicen y una miel más sabrosa. Hoy en día, él vende su propia marca de miel – ‘Miel Selva Tropical’ – localmente en el estado de Campeche y tiene planes de expandirse pronto a la Ciudad de México. Nos explica cómo a sus clientes les da gusto saber que la miel proviene de bosques certificados FSC. El floreciente negocio apícola del ejido es un legado más para el compromiso de la comunidad con la diversificación y la conservación. Al irse apagando el zumbido del enjambre, de repente escuchamos el sonido de un ave grande que vuela cerca. Como de la nada, una enorme sombra alada pasa volando bajo y ahí está: un inmenso zopilote real adulto, mirándonos majestuosamente desde el árbol de caoba. La barbas rojas y naranjas de la cabeza del ave harían que pareciera bastante cómico si no fuera por los penetrantes ojos blancos que le ayudan a encontrar comida a miles de kilómetros. La llegada el zopilote emociona visiblemente a Héctor, quien luego nos explica que, aunque monitorea a los zopilotes con regularidad, se siente privilegiado de trabajar protegiéndolos. “Poder mirarlos es un lujo que no muchas personas tienen, y siempre me da gusto verlos aquí.” FSC / Julián Manrique En la siguiente media hora, una docena mas de zopilotes llegan al árbol, incluyendo por lo menos tres jovenzuelos. La presencia de estos jóvenes zopilotes es una excelente noticia para el ejido ya que muestra que las aves se están reproduciendo exitosamente y regularmente. Héctor, cuyo trabajo es monitorear a la población de zopilotes, nos dice que ha registrado treinta y cinco zopilotes reales en este lugar y que aparentemente la población es estable. Esta estabilidad levanta el ánimo frente a la tendencia prevaleciente en Yucatán de que los zopilotes reales están disminuyendo debido, principalmente a la deforestación. Los zopilotes reales están clasificados como una especie paraguas, lo que significa que su protección protege indirectamente a muchas otras especies que conforman la comunidad ecológica de su hábitat. Como el zopilote más grande de la región, estas aves también proporcionan el servicio vital de limpiar el medio ambiente de animales muertos, protegiendo a las personas y al ganado locales de la propagación de enfermedades. Además, a menudo realizan el corte inicial en cadáveres de animales grandes, permitiendo que especies más chicas de zopilotes se alimenten. Es seguro decir que el zopilote real es una de la especies más vitales que viven en estas selvas. Su pérdida sería catastrófica para los ecosistemas de Calakmul. El zopilote real, una de las especies más emblemáticas de la cultura maya, se ha convertido en un símbolo del Ejido Nuevo Becal. El hecho de que esta especie haya encontrado un santuario aquí en estas selvas es la demostración perfecta de la posibilidad de hacer coincidir la rentabilidad y el desarrollo con sostenibilidad y consciencia ambiental. Cuando preguntamos a la gente de la comunidad sobre las aves, todos responden con cariño y orgullo que sus acciones contribuyen a la supervivencia de estos zopilotes espléndidos. Es un legado para el compromiso de toda la comunidad con la conservación lo que define a Nuevo Becal y lo hace un lugar tan singular. Tan rápido como llegaron, los zopilotes emprenden el vuelo, uno por uno. Una pequeña tropa de saraguatos llegó a perturbar su descanso. Cuando el saraguato macho comienza a gruñir y dar de alaridos, marcando su territorio, nosotros emprendemos el regreso y salimos del bosque. El Ejido Nuevo Becal transmite esa rara sensación de un lugar donde las personas y la naturaleza se la han arreglado para lograr un equilibrio perfecto, donde la silvicultura existe al lado de una biodiversidad excepcional y donde las personas comprenden que, sin la naturaleza, no hay futuro. Como lo expresa Ernesto: “Si nos limitáramos a derribar este bosque, nos beneficiaríamos de él una sola vez. Pero, al manejarlo sosteniblemente, podemos beneficiarnos año tras año y asegurar al mismo tiempo que el bosque esté protegido. FSC / Julián Manrique El FSC se ha comprometido a apoyar a los Pueblos Indígenas desde su fundación en 1993. En 2018, el FSC estableció la Fundación Indígena FSC, la cual inició su programa principal La Alianza de los Pueblos Indígenas para los Derechos y el Desarrollo (IPARD, por sus siglas en inglés) en agosto de 2020. La IPARD es un programa de cinco años dirigido y administrado por Pueblos Indígenas, el cual busca entregar soluciones resilientes y de largo plazo para Pueblos Indígenas de todo el mundo. La IPARD es una Alianza de Desarrollo Global que fue creada con capital inicial de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional y el FSC Internacional, y está buscando socios del sector privado para que se unan a la alianza. Para más información sobre la IPARD, les pedimos que contacten a Mary Donovan (m.donovan@fsc.org).