El caribú en el corazón de una alianza silvícola especial en Canadá

Jérémie LeBlond-Fontaine
lone caribou in snow in front of snowy pine trees
Jérémie LeBlond-Fontaine
Agosto 2, 2022
Categoría : Cuentos

Durante cientos de años, a lo largo y ancho de los bosques boreales de Canada los “fantasmas grises” han estado rondado. Son criaturas esquivas que buscan los paisajes no tocados por los humanos. 

Estos “fantasmas” – los caribús – no solo son uno de los animales más icónicos del país, sino que son un referente de los ecosistemas forestales. Poblaciones sanas constituyen un indicador claro de que los bosques pueden apoyar la biodiversidad y promover el modo de vida tradicional de las comunidades indígenas contiguas.   

Sin embargo, el caribú es una especie amenazada cuyo número se ha estado desplomado durante décadas pues sus hábitats han sido perturbados. Según Environment Canada, solo 15 de las 51 cordilleras de caribús siguen intactas en al menos un 65%. Esto se debe, en gran medida, a los impactos acumulados de las invasivas industrias petrolera, minera y maderera que han alterado su hábitat e incrementado el acceso a los depredadores.   

Afortunadamente, la suerte de estas especies en riesgo está llamando cada vez más la atención. En fechas recientes, los gobiernos de la costa occidental y las comunidades de naciones originarias de Canadá firmaron un acuerdo histórico para proteger 550,000 hectáreas esenciales para seis manadas de caribús, designando otras 206,000 hectáreas como parque provincial.   

Aún así, el avance es lento e insuficiente. De hecho, un nuevo informe sobre la población del caribú del Val-d’Or de Quebec confirma la urgencia: solo seis miembros de esta manada siguen vivos. Hoy en día, en todo Canadá, el llamado continúa para que gobiernos e industria trabajen con grupos ambientalistas, naciones originarias y actores sociales para proteger la salud y sostenibilidad del caribú. 

Una singular alianza trata de encontrar soluciones 

En un pedacito de Canada del este, una alianza poco común floreció para abordar frontalmente este problema vital. El “Equipo Caribú”, concebido por la empresa silvícola mundial Rayonier Advanced Materials (RYAM – antes Tembec), reúne a diversos actores sociales con un interés particular en proteger el hábitat del caribú en la cordillera de bosques de Detour en Quebec. 

En 2013 durante una auditoria anual de rutina, la empresa forestal descubrió que no cumplía los requisitos relacionados con la protección del hábitat del caribú establecidos por el Forest Stewardship Council (FSC), con base en nueva información de la Estrategia Federal de Recuperación del Caribú que subrayaba la importancia del manejo forestal.  

“Cuando recibimos el informe, no entramos en pánico pues sabemos que el FSC es un estándar severo y la investigación y conocimiento sobre el caribú está en constante evolución,” señaló Marie-Eve Sigouin, coordinadora de certificación forestal, RYAM y presidenta del grupo de trabajo. “Sabíamos que teníamos que pensar a largo plazo, más allá de una auditoría, y ver al FSC como una manera de trabajar de forma colaborativa con otros. Así que nos pusimos a trabajar para cambiar nuestro enfoque.” 

Como una empresa profundamente interesada en la naturaleza por sus materias primas, RYAM comprende desde hace tiempo la importancia de crear alianzas con aquellos que viven y trabajan en o cerca de los bosques donde opera. Los nuevos requisitos proporcionaron un impulso adicional de cambio y orientaron el enfoque de colaboración de RYAM hacia su plan del caribú.  

RYAM buscó crear el Equipo Caribú involucrando a la comunidad indígena en Pikogan (también conocida como la nación originaria de abitibiwinni), para quien el caribú es un animal emblemático e históricamente aprovechado. RYAM también se acercó a la Sociedad Canadiense de Parques y Tierras Vírgenes (conocida como la Société pour la Nature et les Parcs (SNAP Quebec, en francés)), la cual equilibra la conservación del hábitat del caribú con el manejo forestal y la restauración de bosques, así como al Ministerio de Bosques, Fauna Silvestre y Parques de Quebec.   

El Equipo Caribou se formó rápidamente debido al sentido de un propósito compartido y profundizó su conocimiento colectivo al incluir las perspectivas tradicionales del Gran Concejo de los Cris (Eeyou Istchee) y la percepción científica de la Université du Québec en Abitibi-Témiscamingue, además de otros.  

El primer éxito del grupo llegó en 2015 cuando aunaron esfuerzos para lograr los necesarios cambios de mosaicos que se requerían para cumplir los nuevos requisitos FSC y federales – aunque éste no sería su único desafío. 

La nueva misión: proteger aún más el hábitat del caribú

En 2018, al ir evolucionando el conocimiento científico del caribú, el grupo se reunió de nueva cuenta, esta vez con una misión aún mayor:  reducir los niveles de perturbación a menos del 35% para la población transfronteriza del caribú de Detour/ Kesagami a través de medidas de conservación y restauración del hábitat.  

Determinado a tener éxito, el Equipo Caribú se reunía periódicamente, negociaba transparentemente y buscaba decisiones viables sobre las que pudieran ponerse de acuerdo en el momento. Cuando las decisiones se pusieron difíciles, fue Benoit Croteau, de la nación originaria Abitibiwinnib, quien volvió a encaminar al grupo recordándoles a todos que estaban trabajando para el caribú.  

En apenas dos años, el equipo diseñó y propuso un nuevo plan para proteger el hábitat del caribú, respetando al mismo tiempo los derechos de los Pueblos Indígenas y equilibrando los intereses económicos de la industria. Como guía de este plan estaba el Estándar FSC Nacional de Manejo Forestal, el cual exige que los administradores forestales establezcan estrategias de manejo del hábitat del caribú con base en las mejores herramientas científicas y de riesgos disponibles. Esto incluye minimizar la construcción de caminos, el aprovechamiento fuera de áreas de reproducción y migración del caribú y minimizando las perturbaciones del paisaje mediante la armonización de las actividades silvícolas con las actividades industriales cercanas. 

“Nuestras primeras recomendaciones sobre el caribú las implementó el gobierno de Quebec después de tan solo dos años de trabajo, lo cual es extremadamente rápido,” explicó Pier-Oliver Boudreault, biólogo conservacionista de SNAP Quebec. “En el equipo, se ha dado un profundo intercambio de conocimientos. Soy biólogo, pero he aprendido sobre aserraderos y operaciones silvícolas. Nuestros socios indígenas, que están mucho más cerca de la tierra, nos han aportado una perspectiva histórica [sobre el caribú] que no tenemos en la ciencia occidental.”  

La nueva iniciativa colectiva aseguró que RYAM pudiera cumplir los nuevos requisitos del estándar FSC de 2020. No obstante, también fue mucho más allá de ese importante paso: el enfoque del Equipo Caribú logró respaldo adicional y financiamiento del gobierno federal para desarrollar más a fondo su enfoque y hallazgos y compartirlos, al otro lado de la frontera con Ontario.  

“Es evidente que si desarrollas un plan sin el actor social clave, estás dejando pasar una oportunidad,” opina Chris McDonell, ingeniero forestal y responsable de relaciones con pueblos aborígenes y ambientales de RYAM. “El conflicto es caro. La colaboración es más rápida y barata.”  

three caribou walking across snowy landscape
© Jérémie LeBlond-Fontaine

Celebración de un evento para cambiar la jugada 

Desde 2013, el Equipo Caribú ha venido profundizando su conexión y compromiso con esta particular población de caribú. El trabajo culminó en 2019 en un evento único en Pikogan, una comunidad indígena ubicada a siete horas al norte de Ottawa. Aquí, Marie-Eve Sigouin, junto con Benoit Croteau y Pascale Trudeau-Cananasso de la nación originaria Abitibiwinni, pusieron los toques finales al primer Foro transfronterizo del Caribú de Detour/Kesagami.  

El evento atrajo a participantes de Ontario y Quebec, de hasta 1,000 kilómetros a la redonda, incluyendo comunidades indígenas, empresas silvícolas y mineras, organizaciones ambientales y funcionarios gubernamentales – quienes obtuvieron novedosos conocimientos científicos y tradicionales acerca de la salud y bienestar del caribú.  

El foro, apoyado por Environment and Climate Change Canada fue un claro indicio de que el Equipo Caribú se había ganado la amplia confianza y reconocimiento a lo largo de los últimos seis años. También fue una oportunidad bien sincronizada de exhibir diversos proyectos para la población del caribú de Detour/Kesagami e incluyó un Círculo de Discusión y talleres conjuntos encabezados por naciones originarias.  

Durante la sesión, Clarence Trapper, cri moose, hizo la revelación que sorprendió a muchos del grupo. “Cuando los helicóptero o los aviones vuelan muy cerca, el caribú deja de comer,” explicó.  

Al caribú, como se descubrió, le afecta la influencia humana del aire, no solo de la tierra. Esto abrió una nueva vía de discusión en torno a las consecuencias del ruido ambiental general, tanto dentro como encima del bosque boreal.  

“Este foro fue sobre compartir conocimientos y perspectivas entre partes que no se reúnen con mucha frecuencia,” explicó Marie-Eve Sigouin. “Creamos lazos entre las personas que, de otra manera, no habrían explorado este tema juntas, profundizando más nuestro conocimiento de la especie y su hábitat.”

Un impacto duradero en la región

El Equipo Caribú es un radiante ejemplo de cómo fluye el cambio positivo de un grupo comprometido que comparte una visión, negocia de buena fe y al cual se le concede la autonomía de tener un impacto en el cambio. Su plan de conservación del caribú tendrá una importancia duradera para los bosques y la biodiversidad de la región – y es esencial sostener lo que exige el nuevo estándar FSC canadiense de manejo forestal.   

Un año después del foro, el espíritu del Equipo Caribú sigue teniendo eco, debido en gran parte al liderazgo y al involucramiento activo del la comunidad de la nación originaria Abitibiwinni. La colaboración sigue desplegando elementos del plan de conservación, siendo el más reciente un análisis de posibles cierres de caminos que restaurarían el hábitat del caribú en la zona.  

En la cordillera Detour, hoy existe un plan maestro para que otros sigan con el fin de que las manadas de caribú puedan recibir mejores apoyos de aquellos que son los administradores de la tierra.