La historia oculta dentro de un bosque FSC / Jonathan Perugia FSC / Jonathan Perugia Febrero 17, 2023 Categoría : Noticias generales Cada época que pasa coloca una pieza más en el disperso rompecabezas histórico de los bosques lituanos. En la profundidad del bosque, bajo doseles y raíces, se esconden artefactos antiguos y modernos. Algunos están cuidados, mientras que otros yacen olvidados. Durante más de 100 años, el bosque de Bukta ha resguardado un lugar único. Llegó la hora de contar su historia. FSC / Jonathan Perugia Un círculo Serpenteando a través de campos agrícolas, un camino de terracería acaba en lo que parece una pared y es el bosque de Bukta. Certificado por el FSC, este importante hábitat boscoso es el hogar de muchas especies protegidas. Florecientes y bulliciosas comienzan a despertar de su sueño invernal. Justo en la orilla del bosque, pasando unos arbustos que aguijonean, se encuentra un círculo de lápidas bañadas por el sol. Cuarenta y cinco de ellas puntean el piso del bosque, apenas asomándose encima de flores silvestres. Esta es la última morada de los soldados imperiales alemanes que murieron en el frente durante la Primera Guerra Mundial en 1915. FSC / Jonathan Perugia La Gran Guerra El bosque de Bukta y sus alrededores fueron de los primeros en presenciar los horrores de la Primera Guerra Mundial en Lituania. Al igual que el resto del país, esta área fue colonizada y dividida entre los imperios alemán y ruso a finales del siglo XVIII. En cuanto comenzó la Primera Guerra Mundial, las comunidades locales se vieron forzadas a pelear en flancos opuestos. De la noche a la mañana, familias y amigos se convirtieron en enemigos. G. Petkevičaitė-Bitė – docente, escritora y activista lituana, escribió en su diario durante la guerra: “Nuestra tierra es un campo de guerra y nuestra gente es carne de cañón para ambos bandos… <> curo a los enfermos, mientras las enfermedades y los ladrones gobiernan nuestra tierra… tengo los nervios de punta, temo estar enloqueciendo…” Entre agosto de 1914 y el verano de 1915, esta región fue el epicentro de las batallas del Frente Oriental. El frente retrocedía y avanzaba. Una de sus batallas sucedió aquí, en el bosque de Bukta. Los vencedores fueron los soldados imperiales alemanes, quienes sepultaron a sus camaradas y marcaron el sitio con las lápidas que encontramos en la actualidad. FSC / Jonathan Perugia Para que jamás caiga en el olvido Gracias a la buena gestión realizada porel estado lituano independiente el bosque de Bukta recibió un certificado FSC de manejo forestal en 2017. El cementerio, como lugar de valor histórico, quedó bajo la protección del estándar FSC, lo que significa que hay medidas especiales para preservarlo. “Cuando el cuidado de este bosque se nos asignó, nosotros nos hicimos responsables de sus objetos naturales y culturales,” recuerda Arūnas Pranaitis, Ecologista Senior del parque de la biósfera Žuvintas. “Consideramos que teníamos que cumplir con nuestro deber para las personas que murieron aquí.” Junto con el administrador del bosque estatal – la filial regional Kazlų Rūda, de la Compañía de Bosques Estatales, hicieron mucho más que limitarse a honrar la memoria. En 2018, devolvieron la vida a ese sitio largamente olvidado. FSC / Jonathan Perugia Visitantes curiosos “Cuando planificamos el trabajo del manejo, queríamos involucrar a la comunidad. Pensámos que sería mejor que los estudiantes de una escuela local recopilen información sobre el cementerio y su historia,” nos cuenta Arūnas. Rápidamente el parque de la biósfera Žuvintas encontró voluntarios. Sigita Dzimijonienė, una joven profesora de biología de la escuela secundaria Kazys Boruta y sus estudiantes amantes de la naturaleza aceptaron la tarea. “El encargo para mis estudiantes fue que registraran la información inscrita en las lápidas. En aquel entonces apenas estaban cursando el sexto año. Los soldados y la guerra no eran más que un juego para ellos. Hoy, tristemente, son un realidad y la actitud de los estudiantes frente a la guerra ha cambiado,” dice Sigita. FSC / Jonathan Perugia “La primera vez que vinimos aquí fue en octubre, ya en otoño. Había muchas hojas en el suelo y las lápidas estaban cubiertas de musgo,” recuerda Lukas Cikana, uno de los estudiantes. “Parecía muy interesante, la manera en que las tumbas estaban acomodadas formando un círculo,” agrega Šarūnas Mikšys, su compañero de estudios. Costó trabajo localizar las tumbas. Junto con silvicultores, los estudiantes limpiaron el área de ramas y hojas. Muy pronto se dieron cuenta de que tomaría tiempo comprender lo que estaba escrito en las lápidas. Primero, había que retirar el musgo con cinceles y varillas. Luego, las letras alemanas se descifraron y transfirieron a papel. Los estudiantes recopilaron una lista de los nombres, rangos, batallones y fechas de fallecimiento de los soldados. Esta información se utilizó después para registrar el sitio como patrimonio cultural. FSC / Jonathan Perugia Lo que es importante Más o menos en la misma época, el bosque de Bukta también fue visitado por un grupo de trabajo del FSC a cargo del desarrollo del Estándar Nacional de Manejo Forestal Responsable (ENMFR) para Lituania. Aidas Pivoriūnas, el moderador de esta iniciativa, recuerda que el grupo tenía debates continuos sobre cómo asegurar la protección de los valores culturales en los bosques del país. Un representante del Fondo Lituano para la Naturaleza – Žydrūnas Sinkevičius – propuso un viaje de campo a las recién descubiertas tumbas del bosque de Bukta. “Ninguno de nosotros había escuchado hablar de ellas; fue una experiencia reveladora” dice Aidas. Inspirado por el sitio, el grupo de trabajo decidió ampliar el alcance de los valores culturales con protección FSC. Desde pueblos paganos amurallados y cementerios, hasta riquezas naturales: el estándar salvaguarda ahora todo lo que es importante para las personas de la localidad. También permite que los titulares de certificados FSC demuestren el valor agregado de las prácticas diarias de manejo forestal. FSC / Jonathan Perugia “Debemos proteger y amar a la naturaleza. Tenemos que cuidar sus valores: árboles, lápidas, incluso la madera muerta”, señala Šarūnas, reflexionando sobre las lecciones aprendidas en el bosque de Bukta. Sin darse cuenta, él hace lo mismo que muchos en su país: trata a la naturaleza y a la cultura humana como una sola. Los bosques somos nosotros Desde siempre los bosques han alimentado, protegido e inspirado a las personas de la localidad. Esta conexión se refleja en los nombres, el idioma y la cultura cotidiana lituana. Incluso, las generaciones más jóvenes, nacidas en un mundo digital, conservan esta cercanía. "Mi tío me enseñó que los bosques son como las personas. SI los cuidas, ellos te cuidarán”, dice Kamilė Gelčytė, una estudiante de 11º grado de la secundaria Kazys Boruta. Junto con otros estudiantes, ella se aseguró de que el cementerio de Bukta se preserve para las próximas generaciones. “Me gustaría descubrir otros lugares como este y ayudar a todos a recordar lo que sucedió,” dice ella. FSC / Jonathan Perugia Diariamente, Kamilė pasa una hora en el bosque, en un lugar que ella considera suyo. “Un árbol caído yace ahí y con frecuencia me siento en él a dibujar. Un par de ratones pasan ocasionalmente, ¡justo debajo de mí!’, y yo los considero amigos míos, dice Kamilé riendo. Para ella y sus compañeros de escuela, los bosques forman una parte integral de la vida. La historia en los bosques En el siglo pasado, muchos otros sitios históricos se establecieron en el bosque de Bukta y otros del país. Tumbas de soldados extranjeros y de luchadores por la libertad locales, oficinas aduaneras clandestinas y búnkeres de aquellos que combatieron la ocupación soviética – el siglo XX sigue reverberando entre los árboles. En el caso del cementerio de Bukta, la lista de los nombres de los soldados se envió a la Comisión Alemana de Cementerios de los Caídos de Guerra. Esta ONG mantiene una base de datos de los soldados alemanes enterrados fuera de los límites fronterizos del país, permitiendo que los familiares de los militares desaparecidos indaguen dónde fueron sepultados – un siglo después. Con el apoyo de las comunidades locales, los estándares FSC de Lituania están contribuyendo a a preservar la historia y la memoria de aquellos que vivieron antes que nosotros. FSC / Jonathan Perugia