Una empresa maderera en una pequeña aldea rusa está ayudando a las mujeres a conquistar un mundo masculino

FSC / Margarita Kirilina
Woman worker operating saw in wood workshop
FSC / Margarita Kirilina
Diciembre 3, 2019
Categoría : Cuentos

Habiendo comenzado como una compañía para personas con discapacidad, la empresa maderera Red Star está hoy en día promoviendo la fuerza laboral femenina.

Mozhga, RUSIA: Tatyana Antonova, una mujer de cincuenta y siete años de edad, ha sido directora de una discoteca, jefa de turno para productos escolares y guardia de seguridad, habiendo dedicado 35 años (casi dos tercios de su vida) a trabajar en la misma empresa. Aunque su temporada en la discoteca fue divertida, la señora Antonova dice que sus dos últimos trabajos, ambos en Red Star, fueron los que le ayudaron a construir una casa y formar una familia.

En 1984, a la edad de 22 años, la señora Antonova se mudó a Mozhga con su esposo. Estaban buscando un empleo que les brindara los medios para comprar una casa. Una tragedia, dos hijos y treinta y cinco años después, ella afirma que la empresa es su zona de confort.

“Mi esposo murió trágicamente en 1999 y me quedé sola con dos hijos a mi cargo. Mi trabajo en la empresa me ayudó a pagar los gastos del funeral de mi esposo, educar a mis hijos y comprar otro apartamento. Sin este apoyo, arreglármelas hubiera sido muy difícil”, nos dice. “Esta es mi vida. Es por esto que, incluso cuando dejé la empresa como jefa de turno, presenté una solicitud de empleo en otra área y regresé a la compañía como guardia.”

La señora Antonova es una de las muchas mujeres empleadas en la empresa Red Star, certificada FSC y ubicada en el poblado de Mozhga, a unos 1,250 kilómetros al este de Moscú, la capital, en la República Udmurt. Las mujeres constituyen alrededor del 45% de la fuerza laboral de 668 empleados de la empresa.

Marina Kuzmenykh poses for portrait in warehouse
FSC / Margarita Kirilina

El equilibrio de género en la fuerza laboral es una norma

La empresa, fundada en octubre de 1927 como una compañía para personas con discapacidad, ha vivido una serie de altibajos a lo largo de las décadas. Sin embargo, en la silvicultura, sector típicamente dominado por hombres, Red Star quiere ser une ejemplo en normalizar la presencia de mujeres en la industria.

Su director general, Rashit Abashev, es de la opinión que la eficiencia de un sistema se logra mediante un equilibrio entre empleados y empleadas.

“Las mujeres tienen una manera diferente de hacer y analizar las cosas, que a los hombres frecuentemente ni se les ocurre. ¿Por qué tendríamos que pensar en particular acerca de crear un equilibrio de género? Este equilibrio debería ya estar presente. Las mujeres tienen tanto derecho de formar parte de la fuerza laboral como los hombres y eso debería ser normal,” señala el señor Abashev.

Como alguien que es innovador en cuanto a igualdad de género, el señor Abashev reintrodujo también el concepto de otorgar acciones a sus empleados. La empresa había tenido un patrón de propiedad similar hasta 1963, año en que este sistema fue suspendido y luego reinstalado en 1991, cuando el señor Abashev se convirtió en director general de la empresa.

Bajo este esquema, 328 empleados son accionistas, de los cuales 163 son mujeres. Las empleadas tienen más del 50% de las acciones de la empresa.

Para acumular estas acciones, los empleados deben tener una permanencia en el cargo de 4 a 5 años en la empresa, demostrar un desarrollo profesional y personal y ser participantes activos en actividades de la comunidad.

Las acciones sirven para hacer frente a imprevistos financieros para muchos empleados, más allá de su salario y sus prestaciones de jubilación.

Al igual que la señora Antonova, quien usó parte del dinero de sus acciones para comprar un apartamento, Svetlana Mymrina, de 55 años de edad, planea vender sus acciones cuando se jubile y usar el dinero para reparar su casa.

La señora Mymrina tiene 16,000 acciones que ha acumulado en los 20 años de trabajo en Red Star. “Consigo más acciones por cada año que trabajo aquí. Este sistema de ser propietaria de la empresa a través de acciones es una iniciativa positiva que ofrece más estabilidad en nuestras vidas, igual que sucedería con una estructura gubernamental. Lo anterior es sumamente inusual en empresas privadas como la nuestra.”

Tatyana Shustova, despachadora de producción está de acuerdo. “Las acciones ofrecen estabilidad. Es muy tranquilizador saber que tenemos algo para el futuro. Lo bueno es que estas acciones también pueden transferirse a algún otro miembro de la familia que trabaje en el empresa.”

Las acciones ayudaron a Marina Kuzminih, especialista del departamento comercial, a sacar un préstamo para reparar su casa. “La tasa de interés del préstamo de la empresa es de 5%, muy por debajo del interés de cualquier banco,” nos dijo.

Elena Mischikhina surveys wrapped timber in warehouse
FSC / Margarita Kirilina

Mujeres en los niveles más altos

Otra iniciativa para colocar a las mujeres al volante es la constitución de una junta con mujeres. La junta actual de la empresa, que también funge como consejo directivo, tiene seis mujeres ocupando cargos en una junta de 11 miembros.

Marina Kuzminih, Tatyana Shustova y Elena Mischikhina son tres de las mujeres que ocupan un cargo en la junta.

“Es una inmensa responsabilidad estar en la junta y ayudar a los otros miembros y al director a tomar importantes decisiones,” expresa las señora Mischikhina.

La señora Mischikhina, veterana con 20 años de antigüedad y jefa del departamento de productos de madera contrachapada, equipara la empresa con un segundo hogar, “He trabajado aquí durante tanto tiempo que es como mi segundo hogar. Igual que en una familia, en ocasiones hay discrepancias y dificultades, pero aún así la queremos,” nos dijo.

De forma similar, para la señora Kuzmenykh “ir a trabajar es un celebración.”

A pesar de que la participación femenina en la fuerza laboral de Rusia es más elevada que el promedio mundial de 54.91%, las mujeres siguen estando excluidas de participar en 456 empleos y 38 ramas industriales.

Empresas certificadas FSC como Red Star son innovadoras para las mujeres, de una en una empleada.