Guardianes de los bosques sagrados de robles FSC / Marius Čepulis FSC / Marius Čepulis Noviembre 16, 2022 Categoría : Cuentos La puerta del auto se cierra de golpe y por un momento la luz del sol matinal nos deslumbra. Son las diez de la mañana del que pareciera ser el último día templado del año y un coro jubiloso de aves nos acoge. Después de un viaje de treinta minutos desde Vilna, la capital lituana, finalmente estamos en el Parque Regional de Neris. Este parque, certificado FSC desde 2004, ofrece 10,000 hectáreas de paisajes excepcionales, sitios históricos y un refugio para especies en peligro de extinción. El día de hoy, nuestra meta es ubicar árboles milenarios y conocer las especies que dependen de ellos. Inmortalizados en leyendas paganas, muchos de estos árboles son los guardianes de lo que alguna vez fueron extensos bosques sagrados de robles y en la actualidad el hogar de especies amenazadas. El más dormilón y hermoso de todos, nos dicen, es el lirón gris (Glis glis). Con su cola esponjada y sus largos bigotes, no hay duda de que, a primera vista, te robará el corazón. Uno por uno, los miembros del equipo van llegando. Los neumáticos se deslizan en la grava del camino, los frenos rechinan y se escuchan portazos. Formamos un círculo rodeando a Saulius y Tadas, quienes son guardabosques y ecologistas, además de nuestros guías el día de hoy. Adelė, Alvydas, Daiva, y Dalia son ecologistas de Fondo Lituano para la Naturaleza. Hoy, nos mostrarán su trabajo para restaurar los árboles milenarios y proteger a una de las numerosas especies que dependen de ellos – el escarabajo ermitaño Osmoderma eremita). FSC / Marius Čepulis Si este valle pudiera hablar… Nos encaminamos al valle del rio Dūkšta. Desde tiempos lejanos, esta zona ha sido ideal para los asentamientos humanos, el más antiguo se remonta al siglo III. Protegidas por elevadas montañas, las tribus bálticas locales disfrutaban las fértiles praderas, agua en abundancia y peces. Hoy en día, el valle y el vecino bosque de robles de Dūkšta – el más antiguo y extenso de su clase en Lituania, pertenecen a la red Natura 2000. Camino abajo, nos topamos con una colina fortificada con forma de domo. Un letrero dice ‘Colina Fortificada Karmazinai. Si visitan este lugar en domingo al medio día, peguen la oreja a la ladera. ¿Logran escuchar el tañido de campanas en lo profundo?’ En Lituania, artefactos culturales paganos como este se combinan a la perfección con el entorno. En la actualidad, fogatas rituales se encienden en la cima de la colina fortificada de Karmazinai: se trata de un sitio sagrado donde los neo paganos celebran sus ritos. FSC / Skirmantė Tumosaitė Sumergidos en altas yerbas, nos empapamos con el rocío matinal. La entrada al bosque está ‘bien resguardada’: arbustos de frambuesa tratan de inmovilizarnos, mientras que las ortigas nos apuntan a la cabeza. Esquivamos estas barreras retorciéndonos y manteniéndonos en el estrecho sendero sinuoso. Solo los guardabosques se abren paso entre los matorrales – a estos dos, ninguna rama les resulta imposible. Finalmente, tropezamos con el bosque. Protegido de los rayos del sol, el aire aquí es fresco y gélido. A nuestra izquierda, una caja de anidamiento está llena de vida – viva de avispas, queremos decir. Nos apresuramos a dejarla atrás, innumerables escalones de madera nos adentran en el bosque. El suelo aquí está cubierto con miles de pequeñas manzanas. “¿Ven este manzano silvestre?” Tadas señala por encima de nuestras cabezas, “sus frutos saben a membrillo.” A primera vista, ninguno de los árboles gigantes se parece a un manzano. “El lirón gris adora comer sus semillas como botana; es por eso que a menudo colocamos las cajas de anidamiento cerca de los manzanos.” ¿Mamut? Algunos de nosotros finalmente detectamos el manzano, o eso creemos, pero el resto del grupo ya está cruzando el rio Dūkšta, el cual pasa caudaloso por encima de rocas y ramas caídas, tan ruidoso que incluso ahoga el trinar de los pájaros. A mitad del camino de subida en otra colina, nos reunimos en torno a lo que parece un cráneo de mamut. “Los niños piensan que se trata de una resbaladilla de feria,” nos dice Saulius con una carcajada. “Pero lo que vemos aquí es un viejo roble que cayó hace seis años. La madera de esta especie se descompone muy lentamente y se convierte en un hábitat para muchas especies en peligro de extinción.” En efecto, 284 invertebrados, 324 líquenes e innumerables especies de aves y mamíferos están asociados con madera muerta de robles. “En las pendientes de los bosques es donde pueden encontrar suficiente de ésta. En otras partes del bosque es más probable que ya hayan arrasado con los troncos,” nos explica Alvydas. FSC / Skirmantė Tumosaitė En el Parque Regional de Neris, la madera muerta llegó para quedarse. Por lo menos el 5 % del volumen de madera cortada debe conservarse como madera muerta en todo bosque certificado FSC. Sin embargo, esta parte del bosque es especial: según las normas FSC, se le reserva y protege como Área de Muestra Representativa. También está registrada como hábitat de importancia europea y pertenece a la red Natura 2000. Aquí, ninguna explotación forestal está permitida. La Encina Sagrada de Daubų Dejamos descansar a la encina caída y seguimos colina arriba. Los rayos del sol atraviesan el dosel y juguetean bajo nuestros pies. Y, de repente, aparece: una encina milenaria en pie rodeada de bosque. A una distancia de 2 metros del radio del árbol, se encuentra una valla. Alvydas se encarga de presentarnos al primer guardián del bosque milenario de robles: “Este es el roble sagrado de Daubų, tiene más de 300 años, una altura de 28 metros y cuenta con la protección del estado como patrimonio natural.” Nos reunimos debajo de su dosel preguntándonos cuántas personas se necesitaría para abrazar a este gigante. Muchas son las historias que se cuentan sobre el roble sagrado de Daubų y del bosque que lo rodea. Cuenta la leyenda que una culebra de collar aparece cada siete años. La gente de la localidad recuerda que sus abuelos les advertían que debían tratar bien a las serpientes por ser criaturas sagradas. Según los relatos históricos, el lugar donde estamos parados ahora solía ser un extenso bosque. Se dice que muchos santuarios paganos estuvieron aquí. Para las tribus bálticas, los robles eran sagrados: ofrecían un albergue a las almas de los ancestros y a Perkūnas, el rey del relámpago. Ellos consideran que cortar un ejemplar constituye un delito grave. FSC / Marius Čepulis Un escarabajo quisquilloso Hoy en día, a los árboles como el roble sagradode Daubų, se les conoce como micro hábitats para especies amenazadas. El escarabajo ermitaño es una de ellas. Incluido en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y considerada como especie prioritaria en la Unión Europea (UE), es una criatura quisquillosa: solamente vive en huecos soleados de viejos árboles caducifolios. Un hábitat como éste es fundamental para muchas especies protegidas, aunque menos conocidas. “Preservamos a los árboles veteranos por el bien de estas especies, así como por el bien de las personas. Mucha gente de la localidad se siente atraída por los robles antiguos. A decir verdad, yo disfruto nuestro trabajo, en especial, porque ayudamos a que los árboles antiguos vivan más tiempo,” dice Dalia. En los últimos cinco años, su equipo inventarió y evaluó árboles milenarios en áreas seleccionadas de todo el país; tan solo en el Parque Regional de Neris, 308 árboles. Muchos árboles han sido atendidos y sus hábitats mejorados. El roble sagrado de Daubų es uno de ellos. Su tronco se fortaleció, sus heridas recibieron tratamiento y el área en torno a éste se iluminó para adaptarla a las necesidades del escarabajo ermitaño. “Derribamos los matorrales cercanos a árboles veteranos para permitir que reciban más luz del sol para los escarabajos ermitaños,” nos explica Alvydas. FSC / Marius Čepulis Un bello durmiente Seguimos caminando colina arriba. Aquí la maleza es densa: pasamos por encima de árboles caídos y las ramas crujen con nuestras pisadas. El aire tiene un aroma picante – deben ser los hongos que Dalia recoge entusiasmada. “Solo los maduros son venenosos; los aun jóvenes son buenos para el cutis”, nos explica. Otra colina fortificada pagana de 2000 años y muchos árboles milenarios después, encontramos a un lirón gris. El animal se catapulta fuera de la caja de anidamiento, usa a dos de nosotros como puente y desaparece en el laberinto de avellano. ¡Es una buena señal el haberlo encontrado! “Los lirones grises son especies indicadoras. No se trata de un término teórico, por el contrario, tiene un impacto directo en nuestro trabajo diario,” nos dice Tadas. El haber hallado a un lirón gris significa que el ecosistema forestal está equilibrado. “Hace poco, en otra parte del parque, nos topamos con un lirón. ¡Por primera vez! Ahora sabemos que el bosque está bien y que nuestra intervención ya no es necesaria.” FSC / Marius Čepulis Estos roedores son criaturas sencillas. Su único deseo en la vida es comer y dormir y todo lo que necesitan es tener huecos en viejos árboles caducifolios. Pero en esta época los árboles viejos son raros y los lirones grises están luchando por sobrevivir. Enumerados en la lista roja de Lituania desde 1989, los lirones grises son una especie en peligro de extinción y solo se conocen 10 poblaciones en todo el país. Tres de estas se encuentran en el Parque Regional de Neris. El trabajo de conservación de la especie comenzó en 2005, de conformidad con las normas del FSC. Desde entonces, ecologistas, voluntarios e investigadores del parque han colocado más de 400 cajas de anidamiento para proporcionar hábitats adicionales para el lirón gris. Las poblaciones de este regordete roedor se monitorean y la maleza del bosque se mantiene intacta – los lirones grises necesitan arbustos densos de avellano para transitar sin peligro arriba del suelo. Los resultados del monitoreo en curso muestran una población estable con fluctuaciones naturales. A futuro Después de una caminata de tres horas, nos despedimos del Parque Regional de Neris. ¿Qué depara el futuro para sus tesoros escondidos? Al igual que en todos los bosques certificados FSC, de conformidad con los principios sobre valores ambientales y de alta conservación, las especies en peligro de extinción y sus hábitats están protegidos. Los mismos principios resguardan a los sitios históricos, al igual que a los viejos árboles huecos y a sus microhábitats. También hay más buenas noticias ya que a partir del 1º de enero de 2021, entró en vigor el nuevo Estándar Nacional de Manejo Forestal Responsable FSC para Lituania. Conforme a éste, las áreas de muestra reservadas, tales como hábitats de especies en peligro de extinción, se duplicarán a por lo menos el 10 % de cada área de manejo forestal certificada FSC. Esto significa que más bosques estarán protegidos y serán seguros para el lirón gris, el escarabajo ermitaño y otras especies en peligro de extinción. El Parque Regional de Neris seguirá siendo un refugio para todos para siempre. FSC / Marius Čepulis